Devorando elefantes

martes, 22 de noviembre de 2016

Destinos


Hay un puente que tienes que cruzar todos los días. 

Al otro lado de mí es de día. Lo sé porque cada mañana la niebla del amanecer se rompe en mis oídos  y escucho lo que dicen de mí los limpios de corazón. Sus palabras sobrevuelan mi cabeza y reposan en mi espalda; son ligeras, apenas unas micras de espuma blanca que empapan mi camiseta y me calan los huesos. Ellos saben lo que es sentirse solo y abatido. 

Me están enseñando a mudar la piel. 

lunes, 7 de noviembre de 2016

Escamas





Hay una nube negra
que emborrona mis ojos
y mis oídos.

No conozco este camino. 
Cada vez siento más frío
y la niebla es más espesa.

Intuyo que no estáis lejos,
-todavía rezo de madrugada-
pero ya no puedo verte, 
apenas sentir las súplicas 
de mi piel escamada.

No quiero gritar, 
-sé que no está bien hacerlo-
solo quiero contarte al oído
cómo olía esta mañana la plaza, 
y que el banco sigue vacío.


¿Puedes escucharme?


Tengo miedo.