Hay una nube negra
que emborrona mis ojos
y mis oídos.
No conozco este camino.
Cada vez siento más frío
y la niebla es más espesa.
Intuyo que no estáis lejos,
-todavía rezo de madrugada-
pero ya no puedo verte,
apenas sentir las súplicas
de mi piel escamada.
No quiero gritar,
-sé que no está bien hacerlo-
solo quiero contarte al oído
cómo olía esta mañana la plaza,
y que el banco sigue vacío.
¿Puedes escucharme?
Tengo miedo.
Me produce una profunda emoción.
ResponderEliminarYo también a veces siento miedo.
Creo que sí, que te escucha. Sé que sí. Esa certeza me ayuda a seguir.
Con muchas escamas en la piel... cada vez más.
Gracias.