Devorando elefantes

viernes, 27 de octubre de 2017

Miedo


                                                    

"Tú no eres como otras madres,
no tienes las manos frías,
ni canoso el cabello,
y no me envuelves en 
grávidos cuidados"

     Primera estrofa de un poema de
Peter Schwiefert a su madre



Miguel, ay mi Miguel... no quiero separarme de mi niño, no puedo vivir sin él; sin su piel, sin su olor, sin su sonrisa. Mi niño es un ángel, y tengo miedo por nuestro futuro, y arrastro la culpa por nuestro pasado.

Recuerdo cuando nació Miguel, cuando mi bebé reposaba sobre mi pecho, qué dicha más inmensa la de sentir su piel sobre mi piel. Ahí supe que algo definitivamente había  cambiado y que nunca más estaría sola. Ahí supe lo que era estar en paz, conocí la PLENITUD. Hubiera detenido el tiempo y el mundo en aquel momento; nada me importaba salvo nosotros y nuestro inconmensurable amor.  Recuerdo sus ojitos perplejos, recuerdo cómo me miraba mi niño y cómo yo traté de descifrarle los enigmas de la vida. En ese mismo momento le conté que es una obligación ser feliz, aunque a veces cueste, aunque a veces duela; le conté que siempre la mejor opción es la de ser libre, y que para ello, hay que LUCHAR, ahí reside el verdadero poder. Recuerdo que le contaba que su mamá siempre estaría a su lado; SIEMPRE JUNTOS.



Me has arrebatado parte de esta dicha; al igual que me arrebataste la magia de gestar a mi bebé en las entrañas. A veces siento que te podré perdonar. A veces estoy plenamente convencida de que no lo haré nunca. A veces te entiendo y otras, te maldigo por no aceptar mi desconsuelo, ni saber siquiera cómo ayudarme, por no abrazarme cuando más lo necesité, por no encontrar tus labios cuando los tenía tan cerca... 


¿Qué es lo que viene ahora?, ¿qué pasará?, ¿cómo podremos ser tres siendo dos?, ¿qué puedo y no esperar?, ¿quién más vendrá a juzgarme?, ¿me colgarán alguna letra escarlata?, ¿cómo será tu ausencia?, ¿cómo lo vivirá Miguel?, ¿quién tendrá el derecho de aplacarme y el deber de entenderme?, ¿con qué nuevo estigma llenaré mi conciencia ?, ¿CÓMO SALDRÁ TODO?


Miguel, ay mi Miguel... Yo había hecho otros planes... Perdóname, hijo. Te prometo, como lo hice el primer día, TE PROMETO que seré la mujer más feliz a tu lado, TE PROMETO que siempre estaré contigo. Te PROMETO que mataremos juntos muchos monstruos y que no te hablaré de todos. 

¿Y sabes, mi vida? Soy tan egoísta a veces que siento la necesidad de pedirte que me quieras; qué estúpida es mami a veces...

Lo siento, mi amor, pero sí, tengo miedo. Tengo miedo de todo, y solo dejo de tenerlo cuando estamos a solas los dos, y te doy la vida con mi pecho y acabas durmiéndote sobre él, o cuando me miras y sonríes, o cuando me abrazas, o cuando acallas tu llanto si  te cojo en brazos...

Mi vida; eres MI VIDA, ya te estoy echando de menos.