Quien tiene un SUEÑO
tiene un TESORO
¿Y si resulta que era cierto aquello que algunos te decían y tú no creías, aquello de que "todo pasa por algo"?
Pasar estos días en casa, con Miguel, lejos de todos y todo, ha sido muy gratificante. He tenido tiempo para disfrutarlo, como solo mi niño me hace disfrutar, y también para disfrutarme a mí. A pesar de la tempestad, los días se suceden con calma y poco a poco comienzo a sentir cierta paz que reconforta mi espíritu. Ya no he de forzar nada, ya no he de esforzarme por hallar tranquilidad y reposo... Parece como si la vida, al doblar esta nueva esquina, me condujese por un nuevo sendero, ahora de tierra fina; me gusta cómo huele, mis piernas se sienten fuertes y mi respiración es más pausada. Apenas estoy cansada y vuelvo a tener la fe de los estoicos con la que nací.
Todo es más FÁCIL. Qué bien me sienta leerme de esta manera; también hay algo fácil para mí. Es tan cómodo sentirme así. En estos días nada pesa ya tanto y solo yo decido cómo me voy a sentir. Vuelvo a ser la dueña de mis lamentos, y de mis ilusiones. Le he concedido tanto a F. -ojalá conserve algo de lo mucho que le he dado, algo que le sirva para sonreír y reposar- que me vaciaba constantemente, y siempre tenía que volver a empezar de nuevo. Cuánto esfuerzo para sentirme dichosa.
Pero AHORA es distinto. Ahora es el momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario