Devorando elefantes

sábado, 26 de mayo de 2018

Fantasmas


Me has hecho daño. Ya vienes tiempo haciéndolo. Fuimos amigas. El tiempo ha pasado entre nosotras. Creo, ahora creo, que a medida que yo crecía, tú te hacías más pequeña; y no has podido soportarlo.

Sé que en tu piel también hay cicatrices y sé de tu amor gigante por los tuyos; ya no soy una de las tuyos, dudo que algún día lo fuese. Qué más da.

Ingenua de mí, te hablé de tu pupilo, y como siempre tan obstinada, no me escuchaste. Atizaste todavía más las cenizas que iban cayendo a tu paso. Poco a poco todo ha ido desmoronándose, como  tus castillos de arena que el mar deshace y arrastra hacia el fondo de sus aguas; porque, déjame decirte, que, desde tu necia pretensión, desde tus opulencias vacuas, no se puede construir nada, de ahí solo nacen fantasmas.Yo trataba de escucharte y entenderte; muchas veces solo pretendía mediar a tu favor y cada vez que lo hacía, me encontraba con tu desprecio; por el mero hecho de despreciarme, por ser yo. 

Tus planes no han funcionado. No pudiste hacerlo de tus dominios. No pudiste ser su protectora. No pudiste entorpecer nuestra indisoluble unión, la unión más pura. Lo más irónico de todo es que ha sido precisamente tu pupilo el que ha destruido tu telaraña. 



Le pido al tiempo que me aleje de ti. 

viernes, 25 de mayo de 2018

"Un novio poeta"


"El verdadero dolor es indecible. Si puedes hablar de los que te acongoja estás de suerte: eso significa que no es tan importante"

La ridícula idea de no volver a verte, Rosa Montero.









Soñé que me querías. 
Había visto una esquina del armario viejo de aquel pisito frente al mar, ¿recuerdas? Era una mañana cualquiera, lo abría y buscaba un vestido que ponerme para la cena de nuestro aniversario. Era verano. Y yo estaba descansada. 

También hoy he vuelto a ver un pedazo de nosotros en aquella lámina impresionista de Van Gogh, tu pintor favorito. Lucía en aquel salón tan amplio y mediterráneo. Fuimos felices en aquel paraíso. 

Sigues por toda la casa. En el vestidor; cuánto te gustaba el vestidor. Siempre quise dejártelo a ti para así hacerte sentir importante; estaban todas tus camisas, tus zapatos, aquellos gemelos que no estrenaste nunca y tu mochila del monte. Estaba tu olor. 

También te encuentro en la ducha; cuando olvidabas coger una toalla y me llamabas tan bonito para que yo te la acercase.

En aquella cama sí que te tuve. Cuántas cosas hermosas sucedieron allí; en ella pude escuchar muchas de tus palabras ahogadas; sentir tus manos grandes que me recogían en tu regazo y me capturaban. Había mañanas que era imposible salir de ellas.

Fuimos felices. F de felices. 


Nunca he cesado en el empeño de ser tu amante.

Pero hubo una noche, aquella noche tempestuosa de 13 semanas en la que empezó la increíble huida, esa de la que no pudimos escapar; era más fuerte que tú. La escondí durante mucho tiempo, por protegerte, por protegernos... Todavía siento escalofríos cuando la veo. Todavía me hiela y me asusta. Todavía me persigue. 

 Todavía oigo el mar de aquella noche.

lunes, 7 de mayo de 2018

Ventanas



Esta mañana volvemos a ver el mar.

Han sido unos días muy muy difíciles. M. se ha puesto malito. Vivir esto desde nuestra situación, con F. en la "distancia", creo que lo ha convertido todavía en más triste, y lo hemos echado mucho de menos, tanto M. como yo.

Este paréntesis de apiretal y desvelos, nos ha unido más si cabe a mi bebé y a mí. Qué bonita sensación la de sentir que cada día nos queremos más. Cuánto he sufrido de verlo  tan desvalido...

Pero ya parece que ha vuelto a salir el sol; será porque es lunes, nuestro día favorito de la semana y podemos volver a hacer planes; volvemos a soñar con el verano y todo el día para nosotros; volvemos a soñar con el tiempo de descanso; vuelvo a  pensar en sentarme frente al ordenador y volver a la carga; qué carga tan pesada esta de las oposiciones...

Aun así, vamos a mirar por esta ventana y pensar que el horizonte es azul y sereno.